jueves, 7 de junio de 2018

LA PRINCESA BLANCA DEL CABELLO DE ORO. Noa Martínez

(Entra una princesa en el escenario vestida con un vestido blanco y largo hasta los tobillos. Se sienta en una roca previamente preparada en escenografía, en lo alto del monte “A Paralaia”, lleva un peine en la mano para peinarse su largo cabello rubio)

ARIA: (habla para sí pero en voz alta) Qué soledad la mía, aquí en esta roca contemplando el horizonte en busca del refugio del sol que calma mis penas.

(Empieza a llorar desconsoladamente mientras los campesinos de los alrededores murmullan entre ellos visiblemente asombrados con la belleza de la cristalina mujer)

JUAN: (habla en susurros con sus otros dos hermanos pequeños) La leyenda cuenta que si logras tirarle una piedra a la princesa te llevas un gran tesoro.

IVÁN: Pero nunca nadie ha conseguido acercarse ni diez metros a ella.

NICO: No sé… algunos creen que en realidad la princesa no existe

JUAN: ¡Claro que existe! Y yo voy a conseguir el tesoro

IVÁN Y NICO: (asienten aunque poco convencidos) está bien…

(Pasa una persona por el escenario con un cartel que ponga: A la mañana siguiente en la roca…)

JUAN: Como hermano mayor que soy, yo lo intentaré primero. Caca día lo intentaremos cada uno, aunque no os hará falta ya que oy a ser yo, naturalmente, el que consiga el tesoro (el hermano mediano resopla aburrido). Voy a acercarme hasta allí. (Avanza dando grandes y sonoras zancadas. La princesa obviamente lo oye acercarse y escapa corriendo hacia el bosque para ocultarse)

IVÁN: (se ríe) eres patético Juan.

JUAN: ¿Quieres un puñetazo niñato?

IVÁN: No, no, tranquilo, lo siento.

(Salen los tres del escenario. Pasa otro cartel de “al día siguiente…”)

IVÁN: (animado) Hoy es mi turno, ya veréis cómo voy a conseguir darle a esa caprichosa princesa y a ganar el tesoro. (Se acerca sigilosamente hasta la princesa  cuando parecía que lo iba a conseguir, la princesa notó su aliento agitado en la nuca y echó a correr)

JUAN: (con aires de suficiencia) Ves como tú tampoco lo ibas a conseguir, es totalmente imposible, si no lo logré yo ¿quién lo va a lograr?, vámonos ya, no hay nada que hacer. (se dispone a irse)

NICO: (miedoso y tartamudeando) Pe,pero aún falto yo…

IVÁN: ¿Tú? ¿Piensas que tienes posibilidades de conseguirlo? (suelta una carcajada)

JUAN: (mira a Nico burlón y a continuación se dirige a Iván) Dejemos que el chiquillo lo intente, qué tengo ganas de reírme un rato.
(Nico baja la cabeza, dolido)

(pasa un cartel de “al día siguiente…”)

NICO: (tiene miedo y pocas esperanzas de conseguirlo en vista del fracaso de sus otros dos hermanos mayores) Está bien, es la hora.

IVÁN: Sí, la hora de que fracases (se ríe)

(Nico se desilusionó por completo. Frustrado y decepcionado consigo mismo, le dio una patada a una piedra, la cual fué a parar a la mejilla de la princesa, que empezó a sangrar levemente)


ARIA: ¡Auch! Eso ha dolido, pero felicidades pequeño, has conseguido cumplir la leyenda, aquí tienes tu recompensa (le entrega el tesoro, monedas, joyas, etc.)

(Nico, atónito, coje el tesoro y lo lleva corriendo a la aldea, donde lo reparte entre los más desafortunados. Sus hermanos mayores, que no caben en su asombro, observan con recelo el éxito de su hermano pequeño.)

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