Ellos fueron andando hasta que llegaron a Domayo donde el padre decidió ir a vivir al monte, el padre para protegerla la mantenía cautiva para que nadie hablase con ella. Solo la dejaba salir por la noche a asearse de madrugada en una poza que el río hacía cerca de su casa. Ella mientras su padre dormía se quedaba allí esperando a que el sol le secase su cabello.
Un día un pastor que andaba en busca de nuevos pastos para su ganado la vió y decidió acercarse a mirarla desde detrás de unos arbustos y al contemplar su cuerpo desnudo él se enamoró de ella.
Desde entonces el pastor pasaba por allí todas las mañanas para verla a poder ser sin que ella se diera cuenta pero un día se dio cuenta y hecho a correr de nuevo a casa. Al pricipio ella al darse cuenta hacía siempre lo mismo pero con el tiempo fueron intercambiando algunas palabras y acabaron queriéndose mutuamente.
Un día el padre se despertó algo más temprano y se dio cuenta de las relaciones que tenía la princesa con aquel campesino y se enfadó mucho y dio muerte al pastor y a todo su ganado.
Con algo de desesperación ella decidió tirarse a la poza y ahogarse y así fue, en ese momento todo el río mudo su curso, ahora se precipitaba más hacia el valle. Ahora se formaba también una gran cascada y algunos dicen que allí se puede ver aún el peine que ella usaba para su cabello.
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