Hace mucho tiempo vivía en un pueblo un anciano que tenía tres hijos.
Un día el anciano se puso muy enfermo y sintiendo cerca la muerte llamó a sus hijos,quería saber cual de ellos era el más inteligente.Cuando llegaron, el anciano les dijo:
-Quiero premiar al que sea más inteligente.Encima de la mesa hay dinero que cada uno coja veinticinco céntimos y compre algo que pueda llenar esta habitación,
El hijo mayor cogió el dinero y salió pensando-Es cosa muy fácil, hay muchas cosas que puedo comprar-.Fue al mercado, por los puestos y después de pensarlo un poco compró veinticinco céntimos de paja.
El hijo mediano pensó-¿Hay algo que pueda llenar esta habitación?-. Se fue al mercado dió una vuelta por los puestos y después de pensarlo un poco se decidió por comprar 25 céntimos de plumas.
El hijo menor le dio muchas vueltas sobre lo que quería comprar durante unas cuantas horas, y finalmente fue a una pequeña tienda y compró una vela y una cerilla.
Al día siguiente volvieron a casa y entraron en la habitación, cada uno traía lo que había comprado para llenar la habitación de su padre. El mayor le eseñó a su padre la paja pero solo llenó una pequeña esquina de la habitación. El segundo enseñó a su padre las plumas, pero llenó solo dos esquinas de la habitación.
-¿No hay nada que pueda llenar esta habitación?-preguntó el padre.
El más joven encendió la vela y la luz de la pequeña vela llenó la habitación oscura.
El padre se puso muy contento y premió a su hijo dándole todas sus tierras y su dinero.
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