martes, 19 de junio de 2018

El río de los ladrones. Simón Fervenza.

Un día unas jóvenes compañeras (Rosa y María), que habían quedado para ir al famoso rio de la fraga para ver sus hermosas vistas de la naturaleza.
Cuando llegó ese día, las jóvenes estaban tan impacientes por irse, que la noche anterior ni siquiera habían podido dormir de lo nerviosas que estaban, al final, cuando se despertaron se prepararon lo antes posible y cogieron el coche para irse.
Cuando llegaron se quedaron sorprendidas por toda la naturaleza y todos los molinos, cuando empezaron a moverse por allí miraban todos los hombres y mujeres que trabajaban en los molinos, y también se sorprendían un poco al ver q no había nadie más viendo toda aquella preciosidad.
Las jóvenes siguieron con su camino, pero un dueño de un molino les apareció como de la nada, y les dijo que estuviesen alerta porque había muchos ladrones por esa zona, las jóvenes mientras seguían caminando decían que ese hombre era muy raro pero que no les iba a fastidiar esa maravillosa excursión.
Ya casi era la hora de comer y buscaron un sitio donde sentarse y comer, subieron un poco más por cerca del rio donde encontraron un pequeño puente y unas piedras que parecían echas para ellas.
Cuando se sentaron en las piedras sacaron la comida y empezaron a hablar sobre como pensaban que iba el día.
-Oye María, que te parece esta excursión? -Dijo Rosa-
- La verdad es que me está gustando mucho salvo por lo que nos dijo aquel señor, sigo pensando en eso –Dijo María-
-Venga ya, no es nada, solo era un viejo cascarrabias diciendo cosas que le pasan por la cabeza –Dijo Rosa-
Sí, supongo que será eso –Dijo María-
- Bueno, problema solucionado –Dijo Rosa-
- Donde está el agua? Tengo sed –Dijo María-
- ¡Miércoles! Me la deje cuando apareció aquel señor, vamos a buscar la botella -Dijo Rosa-
Las jóvenes volvieron atrás se dieron cuenta de que en los molinos ya no había nadie y sentían como si las observasen, empezaron a acelerar cada vez más y más hasta que de repente apareció otra vez el señor y les dijo.
-Os he avisado-Dijo el señor-
Las jóvenes empezaron a escapar hasta que encontraron un molino con la puerta abierta donde se escondieron, dejaron sus mochilas en el suelo y descansaron.
Pocos minutos más tarde decidieron salir de allí y volver a sus casas, iban a coger sus mochilas para escapar, pero en ese momento se dieron cuenta de que ya no estaban, sin pensarlo salieron de allí corriendo, cuando llegaron a sus casas cada una se lo dijo a su familia las familias les dijo que no se preocupasen pero ellas cada día pensaban en eso.

Fin





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