lunes, 18 de junio de 2018

La leyenda del café (leyenda etíope) Liyia María Vega


Había una vez un pastor que vivía en Etiopía. Un día notó que el rebaño de ovejas que cuidaba se comportaba de forma extraña. Estaban muy nerviosas, subían y bajaban, estaban muy agitadas. Estuvieron así durante todo el día y toda la noche.

A la mañana siguiente las ovejas habían vuelto a su estado normal, el pastor se dirigió con ellas hacía pastos buenos. En medio del camino aparecieron una especie de cerezas que las ovejas mordisqueaban y que a medida que pasaba el tiempo hacía que estas tuviesen mucha energía. El pastor observandolas se decidió por tomar unas y  después de probarlas se dió cuenta de que no se trataba de cerezas y que el sabor que este fruto tenía era mucho más amargo. Aquel cansancio que se había acumulado la noche anterior por culpa de las ovejas se había vuelto en una masa de energía.

Emocionado por el descubrimiento el pastor y sus ovejas se dirigieron a un monasterio que no quedaba tan lejos de ahí. Cuando llegaron allí los recibió el Abad y lo llevó a la cocina. Allí el Abad hirvió algunas ramas con frutos rojos. Pero cuando lo probó le pareció tan desagradable que sin querer tiró el ramo entero al fuego. De Repente empezó a salir un olor dulce que hizo que el Abad hiciese otra prueba, Con el fruto quemado hizo una infusión. Y ahí es cuando por primera vez alguien hizo café.

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