martes, 19 de junio de 2018

Carta a 50 centímetros y una hora de la muerte. Lucía Cancelas


A 50 centímetros es la distancia que me separa de la muerte y de la oscuridad de mi actual vida. Más o menos viene siendo lo mismo, en el presente en el que me encuentro ya no tengo razones para quedarme, simplemente me quedas tú. Mi apoyo absoluto, mi linterna en la noche mas oscura del año, mi amor incondicional pero sobre todo, mi salvavidas.

Estoy en un punto que no sé que her, no sé si seguir adelante o retroceder en el tiempo y llegar al instante donde empezó todo. Puede que ese momento nunca llegara y yo simplemente me lo monté en la cabeza, pero en el fondo no es así.

Desde pequeña me siento rara, diferente a los demás. La gente siempre suele decir que todos somos diferentes y es verdad, pero tu nunca llegarás a saber que es pasarlo mal por ser diferente. O puede que si, puede que mucha gente esté en el punto en el que yo me encuentro, en el de no saber cual es la opción correcta. Pero yo sé cual es la mía, desaparecer de esta sociedad, de esta maldita sociedad que tanto te juzga.

Los minutos transcurren y mi mente cada vez se va despidiendo y recordando mis peores momentos. Esos que me han llevado hasta tomar esta decisión, momentos que no olvidaré ni con la muerte, ni con el mayor dolor del mundo. Recuerdo perfectamente aquel día en el que mis compañeros de clase mi diarios. Lo leyeron todo, invadieron mi intimidad y descubrieron mi orientación sexual. Descubrieron que me gustaban las chicas, que era homosexual. Ellos se empezaron a reír de mi, y desde ese momento fui su peluche de burlas, fui un saco de boxeo para desahogar rabia.

Me sentía mal, muy mal. Los psicólogos decían que tenia que ser fuerte y afrontar la realidad, pero no es nada fácil cuando te afectan tanto las cosas. Me maltrataron y acosaron durante toda la ESO, yo no lo soportaba.

Cada día me sentía peor conmigo mismo, me sentía fea, gorda, que no valía para nada y no me sentía querida. Mi auto maltrato fue horroroso. Todo empezó con simples lagrimas que derramaban por mi cara todas las tardes al llegar del instituto. Seguidamente empecé a no comer y en un mes pedi10 kilos y yo seguía viéndome gorda. No lo soportaba más, el nerviosismo y agobio que sentía me empezaba a consumir. Necesitaba desahogarme y no sabia como, hasta que un día encontré la solución en la comida que tanto había abandonado ese mes. Empece a comer mucho, a abusar de la comida, para así mas tarde provocar el vomito.

Transcurridos dos meses, ya no era la misma chica alegre y detallista de antes. Me había convertido en una chica muy reservada, triste y sobretodo oscura. Me faltaba quererme y creerme.

Todo esto duro cuatro años mas y cada día aumentaba mi sufrimiento. Los insultos y los puños no son lo peor, sino que me dolían las miradas que me ponían al verme pasar por los pasillos o por la calle por el simple hecho de ser especial. Notaba mucha hipocresía y aun ahora a 20 minutos y 50 centímetros de la muerte no lo entiendo. ¿Que es lo que me diferencia a mi de ti, para poder ser tratada así? Miles de veces busqué la respuesta en Internet, pero lo único que obtenía eran mas y mas preguntas sin respuesta.





Cada vez queda menos, tan solo 10 minutos y ahora llega el momento de pensar la única razón por la que decidiría quedarme, la que lo cambiaría todo en 9 minutos, que son los que me faltan. Tu llegaste de pronto como una tormenta de primavera que sale de la nada, puede que suene muy cursi, pero es la realidad. Mis padres no me entienden y puede que nunca lleguen a entenderlo. Seguramente te estarás preguntando quien es esa persona que me apoya, esa persona es la única sociedad que e conocido hasta ahora que me respecta y me quiere. Este es mi mejor amigo, Fifi como le llamo yo.

Llego a mi vida cuando no tenia casi esperanzas y el rompió todos mis esquemas. Me enseño a afrontarme a mis miedos e inseguridades pero aun así las seguía tenia teniendo y tarde o temprano tenían que salir.

Quedan tan solo 5 minutos y me encuentro en el mismo sitio donde estaba antes de empezar el relato de mi vida. Sigo mirando a las mismas flores que se encuentran en el medio de la vía del tren. Las flores que puede que vayan a ser atropelladas por este o puede que no, puede que el tren escoja la salida de emergencia. Exactamente yo me siento como esas flores y ese tren ¿que debo hacer?

Ya he tomado una decisión, puede que sea la mas difícil y dolorosa pero es la pura realidad. Mi mayor deseo es desaparecer, volar y ser libre sin tener que estar atada a una sociedad.

Puede que algún día estas hojas que estoy escribiendo para despedirme en paz las este leyendo alguien que se siente igual que yo o también cabe la posibilidad de que lo este leyendo la persona mas feliz del mundo. En ambos casos, me siento orgullosa de ser quien soy y de creerme en lo que soy. Ojala en la nueva vida que me espera me sienta querida por la gente, pero sobre todo por mi misma.

Tal vez no te guste leer el resumen de esta vida porque es muy dura, pero es la realidad de esta chica y la de muchos jóvenes que se sienten acosados y presionados.

Quierete ante todo y ante todos, y no dejes que te afecten las criticas, porque esas duelen pero duele mas creérselas.

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