lunes, 18 de junio de 2018

La serpiente. Maruxa Pazó

(Escenario decorado de una casa)

Hermano mayor: ¿Qué tal Pedro? ¿Fuiste a la playa otra vez con tus amigos?

Pedro: Si, acabo de volver. Pero por la tarde volveremos a quedar para cazar otras especies de bichos.

(Entra la madre)

Madre: ¿Ya volviste?¿Qué tal?

Pedro: Muy bien. ¿Ya está la comida?

Madre: Si venid a comer.

(Se van todos excepto Pedro y entran María y Luis)

Luis: ¿Qué tal Pedro?

Pedro: Bien. ¿Trajisteis la red para el lagarto del otro día?

María: Por supuesto. ¿Empezamos?

Luis y Pedro: ¡Si!

(Todos empiezan a buscar el lagarto)

Luis: ¡Ahí está!¡Corred!

(Escenario decorado de bosque)

Pedro: ¿Dónde está?

María: Lo perdimos...

Luis: (Señalando a un arbusto) ¿Qué es eso?

Pedro: (Con cara de asco) Parece una serpiente... Y muy grande.

(Aparece la serpiente detrás del arbusto)

María: ¡Qué horror! Es muy grande.

Pedro: Vayámonos rápido.

Luis: Sí.

María: (Preocupada) ¿Por donde es el camino de vuelta?
Pedro: (Señalando un camino) Debe de ser por allí. Pero antes voy a hacer unas trampas para la serpiente. (Coge unos palos y la hace)

Luis: (Andando) Creo que no era por aquí...

Pedro: Puede ser, pero ya se está poniendo el sol así que será mejor que acampemos.

María: Sí tienes razón.

(Cogen una tienda y se meten dentro)

Pedro: Sigamos por ese camino.

Luis: Vale, pero espero que no te confundas.

(Todos empiezan a andar y el escenario se decora como un pueblo)

María: ¡Por fin llegamos!

Pedro: (Con cara de aliviado)¡Sí! Voy corriendo a mi casa, nos vemos mañana.

Luis y María: ¡Adiós!

(Los personajes se cambian de ropa pareciendo adultos)

Pedro: (Vestido de caballero y montado a caballo) ¡Hola! ¿Qué tal?

Aldeano: Bien. ¿Vas a hacer otra misión para el rey?

Pedro: Así es, de hecho me tengo que ir ya.

Aldeano: Vale. Mucha suerte.

Pedro: (Mientras galopa alejándose) Esa es... ¡La serpiente gigante que quería cazar! ¡Oh no, se escapa!

(Escenario decorado de un bosque)

Pedro: ¡No te dejaré ir!

(La serpiente se convierte en demonio)

Pedro: ¡Lo sabía! ¡Sabía que eras el demonio!

(Da un gran pisotón con el caballo y a la vez la serpiente le muerde)

Pedro: ¡Oh no me ha mordido en el brazo!

(Escenario decorado de un funeral)

Luis: Pobre Pedro...

María: Ya... Menos mal que tenemos la piedra en la que dejó la marca de la herradura.

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