martes, 19 de junio de 2018

El descubrimiento de la torre de Meira Alejandro Ablanedo.

Moaña es un pueblo en Rías Baixas, Galicia, donde vivía Xosé con su pandilla de amigos. Este pueblo ofrecía un sin fin de oportunidades para pasar una tarde divertida llena de aventuras. Los protagonistas de esta historia eran chavales inquietos siempre con ganas de pasarlo bien. Aquella tarde y como solían hacer los días de verano, quedaron en el jardín del Concello para planear el día. Miguel, un chico que no era de la pandilla y que a los demás no le caía muy bien se acopló. El plan fue que irían al monte de Meira con sus bicis de picnic y, como hacía calor luego irían a la playa de la Junquera a darse un chapuzón. Cogieron sus bicis y subieron el monte de Meira siguiendo el río. No eran conscientes de que el clima estaba empeorando muy rápidamente. El cielo había empezado a nublarse y se dieron cuenta cuando la niebla era tan espesa que no pudieron continuar, así que  siguieron el camino de ida hacia atrás. Empezó a poallar, las nubes se hacían más grises; llegó una tormenta. Ellos lo veían como algo normal; allí hasta en verano llovía. Buscaron un refugio. Se metieron dentro de un molino. Dentro el granito con el que estaba hecho estaba muy húmedo y cubierto por musgo; las plantas sobrepasaban el suelo y habían muchos bichos. Decidieron pasar allí la noche. Mientras anochecía un ruido indescriptible sonaba y no paraba. Cuando paró de sonar y dedujeron que ya había pasado todo, bajaron el monte siguiendo el río. Por el camino Nicolás se cayó al río y se hizo un daño muy grave. Sergio, el mayor, dijo que pasara lo que pasara siempre permanecerían juntos. Miguel protestó y sugirió dejarlo allí y volver cuando cogieran las bicis, mas a él no le hicieron caso. Cogieron a Nico y buscaron un sitio para que él descansara. Le hicieron una venda con hojas de helechos. Cuando iban a seguir se dieron cuenta de que la niebla se estaba transformando en un humo de color amarillo y violeta. Se acercaron a donde venía el humo y vieron que salía de una torre. Entraron en la torre, cuya entrada era la de una cueva. Ésta les conducía por un pasadizo subterráneo cubierto por telas de araña. Una horda de bichos y murciélagos se lanzaban contra ellos, dificultando su travesía. Llegaron a una sala en la que había un una bruja removiendo dos ollas; de una de ellas salía el humo amarillo y de la otra el violeta. Había un montón de cadáveres. La bruja les dijo que su aventura había acabado y que algunas aventuras acaban con la muerte. Les dijo que tendrían que elegir entre seguir el humo amarillo o el violeta. Lo discutieron y todos estaban de acuerdo en seguir el humo amarillo, excepto Miguel, a quien le fastidiaba que Sergio dijera lo que había que hacer. Sergio le dijo a la bruja que seguirían el camino amarillo, y Miguel se quejó y decidió seguir el humo violeta. Xosé, Sergio y los que habían seguido el humo amarillo aparecieron delante del monte de Meira y detrás de la playa de la Junquera, pero Miguel no estaba con ellos; había desaparecido. Miguel había desaparecido por no haber permanecido junto a su grupo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario