Hace muchos años un granjero y sus seis hijos vivían en Addis Abeba.
Allí vivía un granjero de que se llamaba Wodajo y que no estaba feliz porque sus hijos no querían trabajar. Todos los días salía al campo mientras sus hijos se quedaban en casa durmiendo hasta tarde. Les gustaba gastar dinero pero no ganarlo.
Wodajo ya era un señor mayor y un día cayó enfermo. Mientras estaba enfermo pensaba en su granja. Los campos tenían que ser arados porque la lluvia iba a empezar en pocas semanas y él estaba demasiado enfermo y mayor como para hacerlo, y sus hijos eran demasiado perezosos.
Cuando fue a visitar al médico este le dijo que estaba muy grave. Pasaron los días y Wodajo poco a poco fue haciéndose a la idea de que moría pronto, pero antes de morir quería enseñar a sus hijos que el trabajo era importante, así que a la mañana siguiente los reunió.
Les dijo:
-Hijos míos ya soy un hombre viejo y moriré pronto. El doctor ha dicho que estoy muy enfermo. cuando muera deberéis buscar la fortuna en los campos.
El hijo mayor le preguntó a su padre:
-¿En qué campo encontraremos el oro?
Wodajo no dijo nada y los hijos salieron de la habitación.
Unos días después Wodajo murió.
Los hijos querían encontrar el oro de su padre así que decidieron buscar en todos los campos. Cogieron muchas herramientas y empezaron a cavar la tierra. Tras unos días cavando no encontraron nada. Ya no sabían qué hacer.
El mayor de los hermanos mirando la tierra completamente arada se le ocurrió la idea de que podían plantar teff.
Entre todos sembraron el teff en los campos , y unos meses después el teff creció y maduró. Luego lo llevaron al mercado y allí lo vendieron y consiguieron mucho dinero.
Para cuando ya tenían un negocio montado entendieron que lo que su padre les había dicho. Su tesoro eran los campos de teff.
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