La leyenda relata el encuentro que tuvieron unos pescadores con San Bartolomé. Los pescadores salieron a pescar pronto por la madrugada, y se les unió un hombre joven, que les preguntó si podía salir a pescar con ellos. Los pescadores aceptaron con la excusa de “cuanta más ayuda, más peces”. Salieron al mar, y al poco de comenzar a navegar, una tormenta comenzó. Pensaron que no iban a salir vivos de aquel barco. Pero entonces, el joven les dijo que le ayudaran a atarse al palo. Los otros pescadores le dijeron que estaba loco, pero el joven desconocido les dijo que lo ataran, que así es como lo quería el Señor. Ellos, a regañadientes, aceptaron. Lo ataron y al poco de atarlo la tormenta había escampado. Iban a celebrarlo con el joven, pero el había desaparecido. Ninguno sabía ni donde estaba ni si se había tirado al mar. Al llegar a tierra, fueron a contárselo a sus parientes. Nadie los creyó, y ellos se quedaron con la rabia de que nadie les creyera.
miércoles, 23 de mayo de 2018
San Bartolomeu. Lucas Alonso.
Meira es una parroquia perteneciente a la península del Morrazo. Es un lugar conocido por su leyenda de la aparición de San Bartolomé
La leyenda relata el encuentro que tuvieron unos pescadores con San Bartolomé. Los pescadores salieron a pescar pronto por la madrugada, y se les unió un hombre joven, que les preguntó si podía salir a pescar con ellos. Los pescadores aceptaron con la excusa de “cuanta más ayuda, más peces”. Salieron al mar, y al poco de comenzar a navegar, una tormenta comenzó. Pensaron que no iban a salir vivos de aquel barco. Pero entonces, el joven les dijo que le ayudaran a atarse al palo. Los otros pescadores le dijeron que estaba loco, pero el joven desconocido les dijo que lo ataran, que así es como lo quería el Señor. Ellos, a regañadientes, aceptaron. Lo ataron y al poco de atarlo la tormenta había escampado. Iban a celebrarlo con el joven, pero el había desaparecido. Ninguno sabía ni donde estaba ni si se había tirado al mar. Al llegar a tierra, fueron a contárselo a sus parientes. Nadie los creyó, y ellos se quedaron con la rabia de que nadie les creyera.
La leyenda relata el encuentro que tuvieron unos pescadores con San Bartolomé. Los pescadores salieron a pescar pronto por la madrugada, y se les unió un hombre joven, que les preguntó si podía salir a pescar con ellos. Los pescadores aceptaron con la excusa de “cuanta más ayuda, más peces”. Salieron al mar, y al poco de comenzar a navegar, una tormenta comenzó. Pensaron que no iban a salir vivos de aquel barco. Pero entonces, el joven les dijo que le ayudaran a atarse al palo. Los otros pescadores le dijeron que estaba loco, pero el joven desconocido les dijo que lo ataran, que así es como lo quería el Señor. Ellos, a regañadientes, aceptaron. Lo ataron y al poco de atarlo la tormenta había escampado. Iban a celebrarlo con el joven, pero el había desaparecido. Ninguno sabía ni donde estaba ni si se había tirado al mar. Al llegar a tierra, fueron a contárselo a sus parientes. Nadie los creyó, y ellos se quedaron con la rabia de que nadie les creyera.
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