Esta historia transcurre durante el 1800, en la playa de Tirán, que por aquel entonces no era una playa, quedaba completamente cubierta por el mar. Se creía que en aquella parte del mar habitaba una nutria con poderes extraordinarios y, como era de esperar, muchos cazadores trataban de hacerse con ella a diario.
Normalmente ella no tenía problemas para escapar de estos cazadores utilizando sus increíbles habilidades. El inconveniente era que, cuando utilizaba estas habilidades, acababa terriblemente agotada y no podía utilizarlas hasta dentro de quince minutos.
Un día, como casi todos, la atacaron unos buceadores armados con arpones y redes, y, como era de esperar, ella los evitó sin problemas, pero el problema vino cuando, un minuto después de esto, apareció otro grupo de siete cazadores aún más equipados que los anteriores. En condiciones normales los habría esquivado con una habilidad magistral, pero acababa de agotar sus poderes con el anterior grupo. Ante esta situación solo podía hacer una cosa, huir hacia la cueva.
Sabía que el plan que se le acababa de ocurrir era arriesgado, jamás había entrado en aquella cueva, no sabía con que se podría ocultar en su interior. Después de unos instantes de duda, y al ver que era su única opción, entró. En el primer tramo no se encontró con ninguna complicación, pero después el camino empezó a hacerse cada vez más estrecho, hasta que llego a un punto en el que el camino estaba completamente sellado, impidiéndole el avance.
Lo que hizo ante esta situación fue utilizar sus últimas fuerzas para ampliar aquel largo túnel. Después de hacerlo avanzó hasta la salida de la cueva. Cuando salió se encontró con que el túnel que acababa de terminar daba a parar al lado de la capilla de los Remedios.
Se dio cuenta de que no podía dejar aquel túnel al descubierto, así que tapó la salida con una roca con un grabado en forma de serpiente.
Desde aquel entonces utilizó aquel túnel para esquivar de los cazadores, pero nunca jamás levantó aquella roca.
Y así sigue hasta hoy en día, tapada, nadie la ha descubierto porque la roca fue bien anclada al suelo y el túnel desde la playa es demasiado estrecho como para que pueda entrar dentro una persona sin chocarse contra ninguna pared.
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