Cuenta la leyenda que las rocas de la cima del
monte de la Pena se abrían y aparecía una virgen peinandose mientras cantaba
una melodía. Las personas que pasaban por allí se quedaban sorprendidas al
escuchar dicha canción, y sentian una cierta atracción por entrar. Todo aquel
que entraba no lograba salir porque la piedra se cerraba.
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