Una noche en
la que un grupo de chicas estaba en el molino, escucharon llorando afuera de un
bebé, al pie de la puerta. Luego lo pusieron adentro, lo envolvieron y se le
acercaron a una hoguera para calentarlo. Cuando se calmó, de repente
desapareció y comenzó a oírse ruido en el techo. Entonces alguien comenzó a cantar
el sonido de la palabra: E chuscurruschú y chuscurruschú, as mozas do muiño
quimaronme o cú. Era el demonio, que estar en el torbellino de las chicas
tomaba la forma de un niño.
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