miércoles, 23 de mayo de 2018
ESPÍRITUS. Xoel Igleias.
Contaba mi abuelo que una noche un grupo de marineros decidieron ir a una taberna a la orilla de la iglesia de San Martiño. Cuando ya estaban un pouco ebrios, josé, o máis atrevido de todos, fue al cementerio viejo, allí al lado,y cogió una calavera para asustar a sus compañeros. La apoyó sobre la mesa y comenzaron a darle de beber y a hablar con ella. Todo fueron risas y canciones aquella noche. Cuando ya estaban cansados, le mandaron a josé que la dejase donde la cogiera y, aínda que protestando, fue . Así que volvió lá mesa, la calavera volvía estar en la mesa. Repitieron la operación varias veces, hasta que se comenzaron a asustar y llamaron al cura, que después de tirarles de las orejas por ser tan inconscientes, consiguió que la calavera descansase.
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