Un día una moura de Lontreira
se enamoró de un hombre. No podían convivir porque la mujer estaba encantada y
se convertía en serpiente. Para solucionarlo la mujer le dijo al hombre que si
iba a su jardín a medianoche y no nombraba a Dios ni se lo decía a nadie su
hechizo desaparecería. El hombre estuvo puntual en su jardín, pero en cuanto la
vio convertida en una serpiente gigante no pudo evitar decir:
-¡Dios mío!
La mujer volvió a su forma
normal y le dijo:
-¡Me hiciste el doble de
guapa!

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