Así la serpiente apareciese a todos los lugareños con la esperanza de conseguir algún beso, cosa muy difícil porque escapaban todos al mirar su aspecto.
Desolada, quedó llorando su amargura. Pero dicen que un niño al mirarla, le dio tanta pena, que se acercó a besarla, y así recuperó su forma primitiva quedando enormemente agradecida de la inocente criatura.
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