Cuando en la zona de la Península ibérica estaban huyendo por
la consecuencia de la guerra de la reconquista. Al pueblo de Domaio llegó un
padre con su hija. Él era príncipe pero quería tener protegida a su hija,
porque era muy guapa. Se fueron a
vivir a un monte del pueblo para estar escondidos. Pero cuando estaba
merodeando por allí un pastor, no pudo evitar ver a la princesa. La conoció y
pronto se enamoraron, lo cual iba en contra de su padre. Como el padre no
quería que su hija se viera con nadie, al enterarse de lo del pastor, se cabreó
mucho. Acto provocó que matara a su ganado y al propio pastor. La chica no
tardó en enterarse y se lo tomó muy mal. Tan mal que se ahogó en una poza del
río de la Pasaxe. Aunque la leyenda es así no se sabe si ahogó o no.

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