Esta leyenda ocurre en San Bartoloméu. Se dice
que un día estaban los marineros pescando cerca de la isla de Toralla (Canido),
y cuando fueron a descansar para tomar la comida les apaerció un chico abordo.
El cocinero del barco, en un amable gesto le acercó la vela del baco para que
se calentara. De ahí a un rato, el patrón del barco pregunó por la vela, que
había desaparecido. El cocinero le dijo que había hecho con ella, pero como no
daba aparecido el patrón agarró al chico en el palo y el velero navegaba más
rápido que con la vela. Cuando llegaron a la isla de San Bartoloméu, el chico
había desaparecido.
Más alante lo encontraron en la playa y
pudieron comprobar que era el mismo misterioso chico de San Bartoloméu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario