Había
una vez un hombre perdido por los montes de Moaña, caminaba vagando, esperando
ver alguna casa o alguna luz...
Solo
veía árboles y mas árboles, de vez en cuando escuchaba algún búho.
De
repente, entre las sombras de los árboles divisó una extraña luz anaranjada,
fuego.
Se
acercó lo suficiente como para ver quien lo llevaba. No lo llevaba nadie estaba
flotando en el aire y detrás había una especie de procesión.
De
repente sintió sueño y se demayó. Cuando se despertó, estaba en su casa.
Se
preguntó como había llegado, pero se acordó de que tenía que ir al trabajo.
Se
preparó, y se fue al trabajo.
Al
día siguiente, al despertar se encontró pálido, se vio pálido ante el espejo.
Se
dice que el chico murió por causas desconocidas, pero creo que ya nos hacemos
una idea de como murió... LA SANTA COMPAÑA.
Se
dice que si estás en el monte en una noche oscura y te encuentras a la Santa Compaña tienes que dibujar en el suelo una estrella de David, mirar hacia abajo
y rezar. Hay que esperar a que la Santa Compaña se vaya.
En
el caso de que te coja el vivo que va delante de la procesión de muertos se
libera y se intercabia por ti.
No
te das cuenta por las noches porque estás como en trance, y vas a seguir
haciendo tu día a día sin darte cuenta. Pero como pasas las noches despierto y
vagando por el monte con la procesión cada día estarás mas pálido y tendrás mas
ganas de dormir.
Te
puedes librar de la Santa Compaña si pillan a otra persona.
Como
el hombre que iba delante y se liberó cuando la Santa Compaña cogió a el chico.

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